México D.F. es una ciudad intensa, de enormes contrastes y tremendo colorido, con una oferta turística casi inabarcable. Pero uno de los lugares más pintorescos que el viajero puede visitar es sin duda la delegación de Xochimilco, al sur de la capital, colindante con las delegaciones de Tlalpan, Coyoacán, Tlahuac y Milpa Alta.
La chinampa, un antiguo sistema de cultivo artificial ideado para las zonas lacustres, basado en la construcción de islas artificiales, dota a la región de sus característicos canales. Los habitantes de la zona recogían sus cultivos en estas islas, y luego los transportaban a los mercados a bordo de las trajineras, nombre dado a sus características canoas. En la actualidad, por un módico precio, podemos subirnos a bordo de una de estas coloridas embarcaciones, con su típica portada adornada de flores incrustadas formando nombres femeninos o mensajes románticos, y navegar tranquilamente por los canales mientras unos mariachis nos amenizan el trayecto, o paladear la comida típica que se vende en los alrededores de los embarcaderos, y comprar fruta o flores exóticas en el mercado de Xochimilco.
El mantenimiento de ciertas tradiciones y películas clásicas como “María Candelaria”, contribuyeron a labrar la imagen romántica e idílica que se tiene de Xochimilco, convirtiéndola para muchos en el equivalente mexicano de la idealizada Venecia. En 1987 la UNESCO consideró el lugar -junto con el centro histórico de la ciudad-, como Patrimonio de la Humanidad por su valor cultural e histórico.
